Hoy es para mi un día triste, pero lo voy a pintar con una sonrisa, tal cual ella me enseñó a pintarlo todo. La he visto. Su mirada no era la misma, ni su expresión. A veces me costaba reconocer a la mujer de la que hablo tras esa cantidad de cables, pero cuanto más confusa me veía, ahí estaba ella para recordármelo, como os digo, con una sonrisa y sí, fue valiente y luchadora desde el principio hasta el final.
Sus palabras eran mágicas, siempre lo han sido y lo seguirán siendo. Sus palabras estarán grabadas en los corazones de todas y cada una de las personas que hayan tenido el placer de conocerla, porque ella era una persona muy valiente y muy especial, carismática, presumida y bellísima por dentro y por fuera. Conocer su forma de ser, es como bien digo, el mayor de los placeres. Una persona que a pesar de estar en su peor momento, te trataba de tranquilizar. Mi ejemplo a seguir en la vida, sin duda, es ella. La quiero tantísimo que para mi es difícil guardar todos estos sentimientos en mi corazón sin compartirlos en un día como hoy, por ello, aunque ya lo sepa todo el mundo, no me cansaré de decir que la adoro más allá del tiempo y del espacio. Aunque no haya podido verla todo lo que me hubiera gustado en este último tramo, la he tenido en mi mente a cada segundo.
Me siento afortunada por haberla tenido cerca tantos años, por haber formado parte de su felicidad y ella de la mía. Por haber crecido con su ejemplo, como mujer luchadora y con una gran personalidad.
Estoy feliz por haber tenido la suerte de tratarla, de tenerla a mi lado en tantos de mis cumpleaños y haber saboreado esa tarta de chocolate con galletas que a ninguno de sus nietos nos faltaba ese día, por haber probado esas croquetas fabulosas y esas bolas de coco navideñas. Este año las he echado de menos y es que a cada cosa que hacía le ponía esa dulzura que no venden en las tiendas, esa dulzura que es innata y sólo algunas personas tienen. Esa dulzura que yo he probado y que estoy tan contenta de haber disfrutado.
No sé el número exacto de pantalones que me habrá arreglado, también la mítica frase de "métele a estos tirantes porfi" no podía faltar cuando iba a verla... Pero es que estaba tan dispuesta a hacer cualquier favor, que incluso ella pedía "por favor" que se los pidieran... Los últimos arreglos que me hizo en la ropa fueron las camisetas de las manifestaciones. La de CCOO y la de Escuela Pública. Y sí, gracias a su arreglo pude respirar con tranquilidad el 15 de Septiembre de 2012 en la manifestación de Madrid. Es más, a mucha gente le gustó el arreglo y me preguntó de dónde había sacado ese modelo de camiseta (que era el mismo, sólo que con cuello de barco).
También recuerdo uno de mis primeros vestidos de NocheVieja que diseñé en un papel y se me ocurrió pedirle que me lo hiciera. Compré tela y me lo dejó precioso, original y único! Nunca olvidaré esa noche, todo el mundo hablaba de mi vestido...si no hubiera sido por ella jamás habría podido llevar ese diseño único y exclusivo, jeje.
Un día, vino a mi casa a comer paella, como la mayoría de los domingos, y noté un olor raro pero agradable... Parecía una nueva colonia...le pregunté cuál era porque la verdad me gustó bastante. Pocos días después me trajo un regalo envuelto, era la colonia.
Desde que yo era bastante pequeña, me daba por quitarle un anillo de plata con una piedra verde que llevaba en el dedo anular. Siempre me decía que cuando no estuviera, quería que me lo quedara. Yo odiaba que me dijera eso, porque temblaba sólo de pensar en la posibilidad de que no estuviera algún día.
Cada vez que me veía me recordaba lo orgullosa que estaba de mi, porque cuando iba a su peluquería se hablaba de los resultados de algunos de mis alumn@s y lo content@s que están los padres/madres, me lo recordaba cada vez que me veía. El orgullo realmente era mío, de que una persona como ella, a la que tanto he admirado, estuviera orgullosa de mi.
Se pasaba todo el año ahorrando, metiendo dinero en una hucha con forma de pato... El famoso "dia del pato", en Navidad, todos sus nietos nos juntábamos para que ella repartiera esos ahorros entre nosotr@s. No se puede ser + generos@.
Podría contar mil historias, que podréis leer con gusto, pero la suerte de haberlas vivido con una persona tan sumamente entrañable, es mía y de mis familiares y todos absolutamente la hemos querido de una forma indescriptible.
Sólo quiero terminar diciendo que me siento llena de orgullo de haber compartido mi vida hasta el día de hoy contigo. Que si hubiera tenido la opción de elegirte entre un millón, lo habría hecho y he tenido la suerte de no haber elegido, de haber nacido teniéndote ya conmigo. Me siento feliz de haber escuchado tu risa, haber visto tus bailes y haber aprendido que la vida hay que disfrutarla cada momento con el mejor humor posible, pues es importante para ti y para los que te rodean. Estoy segura de que ahora estás descansando y que sabes que ni el mayor brote de alzheimer conseguirá borrar las huellas que has dejado en mi persona. Sé que lo sabes, porque te lo he dicho mil veces mirándote a los ojos, pero también sé que tu alma estará muy cerca de mi ahora y podrás leer estas palabras que te dedico: TE QUIERO, TE ADORO, TE ADMIRO, TE RECUERDO COMO UNA DE LAS MEJORES COSAS QUE ME HAN PASADO EN LA VIDA.
TU NIETA. SILVIA.
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